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miércoles, 8 de agosto de 2012

Capitulo 22.

Irene

Al otro día mi madre me levanto con nerviosa, se me había olvidado que esta semana me iba de nuevo a casa, y allí estaría una semana, ya que mi padre tenía que volver para arreglar unos asuntos del trabajo.
Yo desde que conocí a Alan, no me quise dar cuenta de que me iría al fin y al cabo.
Tarde alrededor de hora y media en meter algo de ropa en la maleta, y lo que me sobro en intentar convencer a mis padres para que me dejaran quedarme aquí, pero no dio resultado, asique sin muchas ganas me tuve que ir a despedir de Alan.
Tarde acerca de 20 minutos en ir a su casa ya que me tuve que ir andando, porque no quería que mi padre viese como por los nervios podría llorar.
Toque la puerta y salió su madre, así que le dije que tenía que hablar con Alan, y me invito a subir a su habitación.
Ya en la puerta de este, tuve miedo a tocar, porque cuando eso ocurriera mas cerca estaba la despedida y las odiaba con toda mi alma, pero lo bueno es que en una semana o dos como mucho estoy de vuelta pero aún así es tiempo sin verle y sin decirle que le quiero.
Hice de tripas corazón y toqué.
Él abrió y me vio, se quedo un poco asombrado al verme allí, no habíamos quedado.
Alan: Pasa, me acabo de levantar –Sonrió
Mientras que intentaban ordenar un poco la habitación.

Alan: ¿A que se debe tu visita? –Dijo sentándose en la cama, y haciéndome señas de que lo hiciera también.
Irene: Eh, esto, vengo a decirte que me voy a Valencia.
Alan: ¿Es broma no?
Irene: No…ojalá
Alan: ¿Pero si aun no ha terminado el verano, como es que te vas?
Irene: Mi padre tiene que hacer unas cosas en su puesto de trabajo, pero oye, que vengo en un semana, dos como mucho.
Alan: Ah, bueno, pero aun así, no me gusta.
Irene: Ni a mi, he intentado convencerle, pero nada.
Alan: No quiero que te vayas –Dijo abrazándome.
Irene: Ni yo te quiero dejar aquí.
Alan: Mi pequeña –Dijo apretándome a él más fuerte.
Irene: Pero oye que vuelvo, no hace falta que te pongas así.
Alan: ¿Te vas no? Pues ya esta, no estas conmigo.
Irene: Pero, esta el móvil podemos hablar por ahí.
Alan: No es lo mismo Irene.
Irene: Que sepas que te quiero ¿Vale?
Alan: Y yo a ti, pero eso ya lo sabes.
Irene: Lo sé.
De pronto empezó a sonar mi móvil, lo saque del móvil y vi como era mi madre.
Me dijo que nos íbamos en una par de horas que teníamos que comer, y nos ponemos en camino, así que me tenía que ir ya.
Irene: Me tengo que ir, ya nos vemos en unos días, ¿Vale?
Alan: Te voy a llamar todos los días eh.
Irene: Vale, bueno pues nada, te quiero mucho, no me olvides eh. –Dije riéndome
Alan: ¿A ti? No me hagas que me ria anda.
Irene: Te echaré de menos.
Alan: Y yo a ti –Se acercó a mi, aparto un mechón de pelo que tenía y me besó.
Alan: Aquí te espero.
Dicho esto, salí de su habitación y no se me daban ganas de llorar, porque de verlo todos los días a no verlo ni un minuto.
Me despedí de su madre, y me fui para casa por el camino me encontré a Nerea y Bibiana, les conté lo que me pasaba, y nada les dije que en poco tiempo volvería de nuevo, para seguir pasándomelo genial con ellos.

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