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miércoles, 8 de agosto de 2012

Capitulo 22.

Irene

Al otro día mi madre me levanto con nerviosa, se me había olvidado que esta semana me iba de nuevo a casa, y allí estaría una semana, ya que mi padre tenía que volver para arreglar unos asuntos del trabajo.
Yo desde que conocí a Alan, no me quise dar cuenta de que me iría al fin y al cabo.
Tarde alrededor de hora y media en meter algo de ropa en la maleta, y lo que me sobro en intentar convencer a mis padres para que me dejaran quedarme aquí, pero no dio resultado, asique sin muchas ganas me tuve que ir a despedir de Alan.
Tarde acerca de 20 minutos en ir a su casa ya que me tuve que ir andando, porque no quería que mi padre viese como por los nervios podría llorar.
Toque la puerta y salió su madre, así que le dije que tenía que hablar con Alan, y me invito a subir a su habitación.
Ya en la puerta de este, tuve miedo a tocar, porque cuando eso ocurriera mas cerca estaba la despedida y las odiaba con toda mi alma, pero lo bueno es que en una semana o dos como mucho estoy de vuelta pero aún así es tiempo sin verle y sin decirle que le quiero.
Hice de tripas corazón y toqué.
Él abrió y me vio, se quedo un poco asombrado al verme allí, no habíamos quedado.
Alan: Pasa, me acabo de levantar –Sonrió
Mientras que intentaban ordenar un poco la habitación.

Alan: ¿A que se debe tu visita? –Dijo sentándose en la cama, y haciéndome señas de que lo hiciera también.
Irene: Eh, esto, vengo a decirte que me voy a Valencia.
Alan: ¿Es broma no?
Irene: No…ojalá
Alan: ¿Pero si aun no ha terminado el verano, como es que te vas?
Irene: Mi padre tiene que hacer unas cosas en su puesto de trabajo, pero oye, que vengo en un semana, dos como mucho.
Alan: Ah, bueno, pero aun así, no me gusta.
Irene: Ni a mi, he intentado convencerle, pero nada.
Alan: No quiero que te vayas –Dijo abrazándome.
Irene: Ni yo te quiero dejar aquí.
Alan: Mi pequeña –Dijo apretándome a él más fuerte.
Irene: Pero oye que vuelvo, no hace falta que te pongas así.
Alan: ¿Te vas no? Pues ya esta, no estas conmigo.
Irene: Pero, esta el móvil podemos hablar por ahí.
Alan: No es lo mismo Irene.
Irene: Que sepas que te quiero ¿Vale?
Alan: Y yo a ti, pero eso ya lo sabes.
Irene: Lo sé.
De pronto empezó a sonar mi móvil, lo saque del móvil y vi como era mi madre.
Me dijo que nos íbamos en una par de horas que teníamos que comer, y nos ponemos en camino, así que me tenía que ir ya.
Irene: Me tengo que ir, ya nos vemos en unos días, ¿Vale?
Alan: Te voy a llamar todos los días eh.
Irene: Vale, bueno pues nada, te quiero mucho, no me olvides eh. –Dije riéndome
Alan: ¿A ti? No me hagas que me ria anda.
Irene: Te echaré de menos.
Alan: Y yo a ti –Se acercó a mi, aparto un mechón de pelo que tenía y me besó.
Alan: Aquí te espero.
Dicho esto, salí de su habitación y no se me daban ganas de llorar, porque de verlo todos los días a no verlo ni un minuto.
Me despedí de su madre, y me fui para casa por el camino me encontré a Nerea y Bibiana, les conté lo que me pasaba, y nada les dije que en poco tiempo volvería de nuevo, para seguir pasándomelo genial con ellos.

lunes, 30 de julio de 2012

Capitulo 21.

Después de recoger la mesa y un poco la cocina, fuimos  hacía su habitación ya que en salón íbamos hacer poco y allí tenía películas en el ordenador.
Vimos 3MSC, película que yo ya había visto y que raramente la escena en la que lo hacían por primera vez me puse bastante nerviosa, será que ahora todos están contra mí.
Alan se rió al verme como cerraba los ojos y me evadía de todo aquello y maldecía a la casualidad.
Alan: Abre los ojos tonta.
Irene: Tengo sueño, déjame dormir, tonto.
Alan: Sabes que no es cierto, tonta.
Irene: Tonto, tu eres muy listo.
Alan: Me lo dicen mucho –Me abrazó.
Irene: Esto de tener vergüenza es una mierda ¿Sabes eso no?
Alan: Bueno podría entenderte pero no puedo, porque con quien lo vas hacer es conmigo no con un desconocido, entonces.
Irene: Sé que eres tú, pero yo quiero, lo único quizás es el miedo a…
Alan: ¿A que?
Irene: Pues no lo se. –Dijo rindiéndose.
Alan: ¿Nunca has sentido las ganas de llegar a algo más?
Irene: Pues… si bueno, una vez.
Alan: ¿Sólo una? ¿No me ves sexy?
Irene: Bf un bombonazo…-Dijo casi riendose
Alan: ¿Y cuando fue eso?
Irene: Pues cuando estábamos en tu habitación después de decirle a mi padres que te quería. Sí, esa fue, creo…
Alan: -Cerró el portátil y lo dejo sobre la mesa- ¿Hacemos una cosa?
Irene: Miedo me das.
Alan: Vamos a ver si de verdad dices que sólo ha sido una vez.
Alan se levanto y se quito la camiseta que hace apenas 20 minutos se había puesto.
Irene: No siento nada, bueno si, un poco de fresquete, ¿No tienes frio?
Alan: Concéntrate Irene.
Irene: Ahora mismo no siento nada, fuera de lo normal.
Alan: Bueno pues haber –Se quito los pantalones cortos…
Irene: ¿Esto es obligatorio? –Dijo riéndose
Alan: ¡No te rias de mi! –Dijo tapándose un poco.
Irene: Es que me haces gracia, en serio.
Alan: Ahora te toca a ti, la camiseta fuera… -Dijo sonriente.
Irene: No.
Alan. Te la quito yo, tu verás.
Irene: No quiero chulo… -Dijo apunto de reírse.
Alan se fue hasta ella, e intento quitarle la camiseta la final lo consiguió…
Irene: ¡ACOSO!
Alan: Mas quisieras –Rió y tiro la camiseta al suelo.
Irene: No entiendo lo que ahces, pero no me parto el culo, por vergüenza.
Alan: ¿Ahora que sientes?
IRENE: ¡un poquito de fresco! ¡Cierra la ventana por dios!
Alan: Así no hay forma en serio.
Irene: ¿Algo más?
Alan: Pantalones fuera…
Irene: Vamos allá.
Se levanto y se quito los pantalones bien doblados encima del escritorio.
Alan: Aparte de frío ¿Qué sientes?
Irene: Ganas de reirme, en serio.
Alan se acercó a ella poco a poco, la miraba a los ojos, ella mientras miraba su sonrisa quizás eso le tranquilizaba.
Cuando estaba centímetros de ella la pego contra su cuerpo, y le susurró algo al oído.
Alan: ¿Ahora que sientes?
Él mientras iba poniendo su mano en la parte superior de su pelvis…
Irene: Un poquito de calor…
Alan: Menos mal, un pin te voy a dar.
Irene: ¿En serio? Que guay…, vale ya me callo.
Alan le sonrió y le beso suavemente, sin prisas.
Al terminar de besarla, siguió por el cuello.
Irene: Al final…
Alan: Sabes que ahora mismo no sabes que hacer, y estas muy nerviosa, te conozco. –Dijo posando de nuevo sus labios en los suyos.
Irene: Odio que me conozcas tanto.
Irene se dejo llevar por un momento por su corazón y cerró los ojos, pensó en que él era el que le había hecho cambiar tanto, ¿Porque no dar ese paso?
Cayeron en la cama, mientras se besaban sonreían sobretodo Irene, que estaba apunto de reírse al recordar a Alan quitándole la camiseta, casi se cae.
Alan: Pero no te rías –Dijo poniéndose a un lado
Irene se partía de la risa.
Alan: ¿Causa de esa risa?
Irene: Que casi te caes antes –Se reía-
Alan: Es verdad, fue tu culpa –Se rió él tambien.
Irene: Que bueno, me parto..
Alan: Está visto que tu muy fogosa no eres –Le miró a los ojos.
Irene: Es que ha sido tu culpa si no te fuera pasado eso a lo mejor seguiríamos.
Alan: Voy a ducharme ahora vengo.
Irene : Vale…
Alan se marcho de la habitación un poco enfadado quizás por la falta de “seriedad” en ese momento.
Irene sintió un impulso de ir con él, y se dejo llevar por su locura y fue hacía el servicio. La puerta estaba medio abierta asi que entro en silencio, y comprobó como estaba duchándose pero de una forma que no podía verlo.
Arrolló un poco la cortina y entro en la ducha, y le abrazó por detrás él se dio la vuelta y se sorprendió.
Alan: ¿Y esto?
Irene: Me encanta que te enfades conmigo, me encanta que me sonrías y me encanta que quieras que sea más valiente en estás cosas, pero por ti haré lo que sea, porque eres lo mejor que me ha pasado –Le beso suavemente.
Él estaba confuso no sabia que había pasado con ella para hacerle cambiar de opinión tan radicalmente.
Alan: Te quiero mucho, que lo sepas –Dijo cogiéndole la mano fuerte.
Ella se quito la ropa interior, y le dio al agua caliente, hacía un poquito de fresquito.
Así que al final paso lo que debió pasar en aquella habitación sólo que cuando ella vio que la había cagado y que a lo mejor podría perderlo recapacitó y pensó que tampoco tan  malo no sería y lo mejor de todo es que era con el chico que más quería en el mundo. Con su chico, con Alan.

lunes, 23 de julio de 2012

Capitulo 20.

Termínanos de comer y nos fuimos andando hasta la playa donde jugaban hoy.
Estuvimos todo el camino picándonos con que si la música que cada cual escuchaba era mejor que la otra.
Él iba con su mochila donde llevaba todo lo necesario para cambiarse de ropa, la verdad que mientras íbamos, se veía ir para allá a mucha gente.
En apenas 20 minutos llegamos donde estaba todo preparado para el partido.
Alan: Yo voy a jugar ahora hablamos ¿Vale?
Irene: Yo me siento ahí, ¡Suerte!
Alan: Gracias, te quiero –Se acercó y me dio un beso corto.
Yo me fui para el otro lado y me sente en una silla que había libre, bueno una de las tantas.
Miré hacía el equipo con el que se enfrentarían hoy, vaya tios, parecen armarios.
Cuando de pronto escucho:
-        ¡Bizcocho! Ven aquí ya.
Me sonaba el nombre, la voz y giré la cabeza para intentar localizar de donde venía y se subío un perro encima.
Irene: ¡Hostia!
Jorge: Bizcocho, baja.
El perro hizo caso y yo estaba en mi mundo.
Jorge: Hola señorita, ¿Qué hace usted por aquí? –Dijo sentándose en la silla de al lado.
Irene: Pues viendo el partido, ¿Y tu que?
Jorge: Yo viendo a mi equipo, jajaja
Irene: ¿Tú equipo?
Jorge: Sí, soy el capitán pero estoy lesionado –Dijo levantando la mano derecha.
Irene: ¿Qué te ha pasado?
Jorge: Díselo a Bizcocho y mi bocadillo de jamon York.
Irene: ¿En serio? –Miré al perro incrédula.
Jorge: Como la vida misma –Rió.
Empezó el partido, iban empates, hasta apenas 3 minutos para finalizar el partido se vinieron abajo y acabaron perdiendo.
Jorge: Vaya mierda, se  han dormido al final..
Irene: Cierto, hay que estar alerta, hasta que toque el final.
Jorge: Me está entrando un hambre…
De pronto llegó Alan.
Alan: Mierda de tontos estos-Dijo mirando mal a uno del otro equipo.
Jorge: Tú, mono. ¿Qué ha pasado?
Alan: Coño Jorge, ¿Al final has venido no?
Jorge: Claro, nunca os dejaría solos.
Alan: Irene, ¿Vamos ya para mi casa?
Jorge me miró extrañado.
Jorge: ¿Os conocéis?
Alan: Claro, es mi novia, ¿Tú la conoces?
Jorge: Hemos coincidido un par de veces, ¿Verdad?
Irene: Si.
Alan: Bueno pues nosotros nos vamos –Le agarró de la cintura a Irene.
Jorge: ¡Adiós! –Hizo el gesto con la mano

Ese momento había sido algo extraño…
Alan: Fea, ¿Te acuerdas que hoy te quedas en mi casa, no?
Irene: ¿Cuándo hemos hablado eso?
Alan: Hombre suponía que el día que hace un mes que nos conocimos era lo suficientemente importante como para ello.
Irene: ¿Un mes?
Alan: Sí, 31 días
Irene: Bueno pues llamo a mi casa, haber que dicen.
Cogí el móvil y marque el numero de mi madre, estuvimos un rato hablando le dije que me iba a quedar en casa de Bibiana a dormir, ya que íbamos a ir a una fiesta, me dijo lo de siempre que tuviera cuidado y que no me fuera con gente desconocida.
Ya casi cuando termine de hablar con ella, estábamos ya llegando a casa de Alan.
Alan: Vamos a cenar pollo con patatas que me ha dejado mi madre hecho, ¿Te gusta?
Irene: Sí.
Alan: Pasa –Dijo abriendo la puerta.
Entramos hacía dentro y dejó la mochila encima del sofá y encendio el aire acondicionado.
Alan: Ponte comoda, mientras yo me voy a duchar que tengo un calor.
Estaba con el móvil mientras que el se duchaba, estaba empezando a ponerme nerviosa, toda la noche sólos…
No, no, pensé en que a lo mejor se podría dar el caso de que…
Alan: ¿Y esa cara de presa del pánico?
Irene: Eh.. ¿Tu no estabas duchándote?
Alan: Eso hice, pero yo no tengo un pelo que me llega al culo ni nada por el estilo..
Irene: Cierto.
Alan: ¿Me dices lo que te pasa?
Irene: Nada, que he visto una araña por el sofá.
Alan: Que susto y que asco, las odio.
Irene:    Te pasa como a mi.
Alan: 3,2, 1…. ¡HACE UN MESQUE NOS CONOCEMOS! –Me abrazo efusivamente.
Irene: ¿Qué te pasa a ti? Te han cambiado.
Alan: No, soy asi, pero en la intimidad.
Irene: Ah, vale, ya me quedo más tranquila…
Alan: ¿Comemos?
Irene: Vale..
Nos levantamos y fuimos hacia la cocina a preparar todo, pusimos las cosas en la mesa, y calentamos la comida en el microondas, en 20 minutos estábamos comiendo, la verdad es que habñia un silencio extraño.
Irene: ¿Por qué te gustaba Carla?
Alan: ¿A que viene eso ahora? –Dijo bebiendo un trago a Pepsi.
Irene: Siempre lo he pensado.
Alan: Pues porque me atraía sexualmente y no sé era así como yo, y me gustaba…
Irene: Vamos que era lo que decían estos, que ella estaba contigo por el sexo..
Alan: Haber en ese tema siempre opinio lo mismo, al acostarme con ella no sólo ganaba ella, yo también lo hacía ¿No? Entonces se supone que es algo de los dos, no solo de uno o una.
Irene:  Pues sí…
Alan: ¿Tu eres virgen verdad?
Esa pregunta hizo que la Pepsi ue estaba bebiendo en ese justo momento se me fuera por el otro lado y casi me ahogará.
Irene: -Tosí- Pues sí, además creo que se nota, tampoco hay que ser un filosofo.
Alan: Pues no te creas…
Irene: Siempre he pensado que esto es demasiado importante como para que venga un desconocido ¿Sabes?
Alan: Vamos, que estabas esperando al chico perfecto…
Irene: No hay perfecciones, pero sí al que me haga sentir esas cosas que no siento con ninguno.
Alan: ¿Y ese soy yo?
De nuevo me atragante, pero ahora no fue con Pepsi.
Irene: Hombre pues no me he parado a pensar en eso, pero si, eres tú.
Alan: Me siento orgulloso de ti.
Irene: ¿Por qué?
Alan: Pocas chicas son las que se esperan al chico que esperan…, simplemente sucumben a las opiniones de los demás y se acuestan con el primero que pillen para poder ir con la cabeza alta de que no son niñas..
Irene: Si bueno, si lo miras desde esa forma está bien, pero bueno hay otras que no son tan buenas…
Alan: La vergüenza, y la timidez.
Irene: Si.
Alan: No tienes porque tenerla, pero vamos que además, aquí nadie ha dicho que de nosotros hoy vayamos a hacerlo…, porque se que cuando volví estabas pensando en eso, fijo.
Irene: ¿Por qué me conoces tanto? No lo entiendo…
Alan: A no ser que quieras, por supuesto…
Irene: Bueno, no sé, ya veremos yo ahora quiero comerme el pollo con patatas.
Alan: ¿Has visto? Somos una relación estable hablamos de nuestra ida intima sin vergüenza.
Irene: Lo dirás por ti.
ALAN: Yo siempre en ese aspecto el sido muy abierto, el sexo es algo normal.
Irene: Lo sé, pero tu lo habrás hecho tropecientas veces…
Alan: Tampoco soy un puto fíjese usted.
Irene: Ya, pero ¿Sabes a lo que me refiero no?
Alan: Va, ese paso será importante para ti, y para mí.
Irene: ¿Para ti? Si vamos.
Alan: Nunca lo he hecho con una chica virgen, entonces es algo, que tiene respeto. No es ninguna tontería..
Irene: Hay bueno pero ya esta que estoy poniéndome rara..
Alan: Grr, eso es que quieres verme sin camiseta, pillina.
Irene: No es por discutir eso, pero ahora mismo vas sin camiseta…
Alan se miró, y puso cara de resignación.
Alan: Oj, te fijas en todo.
Continuará…

viernes, 20 de julio de 2012

Capitulo 19.

Irene.
Dormía tranquilamente hasta que alguien empezó a darme pequeños pellizcos.
No quería mirar quién era, porque a lo mejor así me dejaba tranquila, y podría dormir de nuevo, pero no ceso su empeño y ahora cogió un cojín que había en el suelo y empezó a darme con él sin compasión, no pude más y me levanté de un golpe.
Irene: ¡PARA DE UNA VEZ, HOSTIA!
Abrí los ojos y vi a Alan partiéndose el culo.
Irene: Tu otra vez no, ¿Qué haces aquí?
Alan: Vine para decirte que el partido es en 2 horas, y tu madre me dijo que estabas durmiendo, y me ofrecio despertarte.
Irene: Te odio, a ti, y a mi madre.
Alan: Sé que me amas, no mientas.
Irene: ¿Qué hora es?
Alan: La una de la tarde.
Irene: Joder que pronto, te odio.
Alan: Que humor tenemos eh.
Irene: Hombre si me despiertas a pellizcos y cojinazos, ¿Qué quieres me ponga a decirte cariño?
Alan: ¡Que menos! Desagradecida.
Irene: Váyase un poquito a la mierda.
Alan: Venga a vestirse, ¿Qué haces sin ropa?
Irene: ¿Cómo que sin ropa? – Me miré.
Alan: Estás en ropa interior, ¿Qué hiciste anoche?
Irene: Montarme un trío con el búho y la rata. ¿En serio?
Alan: Que viciosa –Rió.
Irene: Tu en cambio eres tonto.
Alan: Oye sin ofender eh.
Irene: No, no para nada.
Alan: Venga última vez que te levanto así –Dijo tocándose el pelo.
Irene: ¿De  verdad?
Alan: ¿Te lo vas a creer? –Se rió.
Irene: En fin, que vamos hacer contigo.
Alan: Tú vestirte, yo bajar, vaya que tu padre se mosqueé.
Irene: Da igual, él no se asusta de nada.
Alan: Un hombre fuerte si señor.
Me levante y me fui hacía el armario, cogí unos pantalones cortos vaqueros y una camiseta de tirantes morada.
Alan: Que sexy.
Irene: No eres gracioso, no lo intentes.
Alan: ¡oye!
Salí de la habitación y baje para la cocina donde estaba mi padre y mi padre haciendo la comida.
Alan bajo detrás de mi.
Blanca: ¡Buenos días!
Irene: Para quien los tenga.
Alan: Lo que me ha costado despertarla eh.
Javier: ¿A que sí?
Irene: Última vez que le dejais que me despierte eh.
Blanca: ¿En serio?
Irene: Mas enserio no puedo hablar.
Alan: Esta relación no va bien… -Dijo haciéndose la victima.
Mi padre se rió.
Irene: Tu si que no vas bien eh.
Alan: También es verdad, pero tu no te quedas atrás.
Blanca: Bueno ya esta, ¿Quieres un zumo?
Irene: Si.
A la nada tenía un vaso lleno de su zumo preferido, pero Alan lo cogió.
Alan: ¡Gracias! Ya tenía sed.
Irene: Oye que era para mí.
Alan: Hay que compartir.
Javier: Hay que ver que personaje de chico.
Alan: Me han dicho que me doy un aire a Capitán america ¿Tu que dices Irene?
Irene: Que me des mi zumo, y te respondo.
Alan: Toma –Le dio el ultimo sorbo, apenas le dejo medio vaso de zumo.
Irene: Te pareces al oso yogui.
Alan: ¿Por qué soy muy achuchable?
Irene: Si vamos sobretodo por eso JAJAJAJA
Blanca: Di que no Alan, que eres muy guapo.
Alan: Gracias usted es muy guapa también, con permiso de su marido, no quisiera salir yo con una mano rota de aquí.
Javier: Por mi te puedes llevar a las dos.
Irene: ¡PERO BUENO!
Javier: Era broma, yo os quiero mucho.
Blanca: ¿Te quedas a comer alan?
Alan: Si me invitais si.
Blanca: Estás mas que invitado.
Irene: Comida movidita.
Alan: Ah, ¿Qué es comida con baile o algo?
Irene: Me voy a ver la tele, que este todavía está en babia. – Me levante y me fui para el salón
Alan: Oye que me expliques –Dijo yendo detrás de mi.
Irene: Tengo sueño. –Dijo echándose en un sofá.
Alan se sentó al lado de ella.
Alan: Venga que te quiero mucho ¿Me perdonas?
Irene: Perdonado.
Alan: ¿No me quieres?
Irene: Bf infinito.
Alan: ¿Tanto?
Irene: Ya te digo, mi amor por ti, no tiene barreras.
Alan: Mola.
Irene: ¿Me vas a decir que te pasa a ti hoy?
Alan: Basicamente que no se como comportarme contigo.
Irene: ¿Por qué?
Alan: Porque he tenido novias, pero ninguna me ha importado tanto como tu. Y no sé no quiero cagarla, estoy experimentando.
Irene: Oh que bonito.
Alan: Gracias, estás tu pesada en que soy muy bonito eh.
Irene: ¡No me refería a ti! Si no, a lo que has dicho.
Alan: Mi gozo en un pozo.
Irene: Va, sé tu mismo pero tampoco te pases, que te conozco.
Alan: Por cierto, ¿No me das un beso?
Irene: ¿Me lo has dado tu a mí?
Alan: Con ese humor cualquiera, capaz de sacarme un ojo.
Irene: Tío tampoco soy tn antipática.
Alan: Es verdad, sería insultar a la antipatía comparándola contigo.
Irene: ¡Pero bueno!
Alan se acercó a ella y le besó.
Su mano se colocó debajo de la camiseta de Irene.
Irene: Mis padres…
Alan: Joder con los suegros, está noche estoy solo en casa ¿Te vienes?
Irene: No sé, porque tengo que sacar ojos, eso es lo que tiene tener este humor.
Alan: hala, que lo he dicho de broma, no te lo tomes al pie de la letra.
Irene: YA CLARO.
Después de pelearse un largo rato por saber que iban a ver en la tele, los padres de Irene los llamaron para comer, Diana y Marcos no estaban ya que habían ido de comida romántica, ya que habían arreglado todo.

jueves, 19 de julio de 2012

Capitulo 18.

Alan.
Seguía abrazandola, sabía que no quería que la soltará. Yo estaba feliz, por fin no habría que esconderse ni nada, además sus padres se lo han tomado bien.
Sentí como se aretiro de mí, y me miró fijamente. Yo sonreí como solía hacer siempre.
Alan: ¿Qué?
Irene: ¿Porque eres tan guapo?
Suspiré.
Alan: Gracias, pero eso se lo dices a mi madre, que ha sido la que ha hecho el trabajo.
Irene: Es verdad -Reí
Alan: Podemos hacer algo esta noche...
Irene: Ver una peli, o yo que se -Sonrió.
Alan: Mañana tengo un partido, ¿Vendrás, no?
Irene: Si me invitas claro que voy.
Alan: En nada llamará tu madre, porque os tendréis que ir.
Y fue decirlo y tocar la puerta.
Irene: Eres un pituniso...
Alan: Pitoniso, Irene...
Irene: Oj,lo mismo es.
Alan: Si tu lo dices...
De nuevo volvió a sonar la puerta.
Alan: Pasa.
Se abrió la puerta poco a poco, y apareció las mama´s.
Empezarón a darnos besos y abrazos, y sonriendo sin parar.
Irene: Después de esto raro que ha pasado ahora mismo ¿Queréis algo?
Blanca: Nos vamos ya para casa ¿Te vienes?
Alan: No,dejala que vamos a ir a cenar, ¿Luego la llevo yo vale?
Blanca: Cómo queráis.
Nos echaron una ultima mirada y se marcharon.
Irene: ¿Y eso de cenar?
Alan: Tampoco te creas que es a un Italiano, aquí no hay de eso, tu tranquila iremos a un sitio, donde hacen buena comida.
Irene: No me hace falta ir a un Italiano, más bien con tenerte de compañia me conformo ¿Entiendes eso?
Alan: ¿Y me entiendes tu ahora porque te quiero?
Irene: Por que estas un poco loco, pero bah.
*    *

Alan cogió su móvil y bajaron, aún estaban los padres de Irene en la puerta de casa hablando.

Ana: ¿A que hor vuelves?
Alan: Pronto, vamos a ir a cenar, no a ver una pelicula.
Blanca: Bueno cariño tu tienes las llaves, cuando eso abres.
Alan: ¡Hasta luego!
Pedro: ¿Te llevas el coche?
Alan: ¿Que prefieres? -Dijo mirando a Irene.
Javier: Coche es más seguro.
Alan: No hay más que hablar.
Irene: Todo dicho queda.
Alana alargo el brazo, cogió las llaves de su padre, y se fueron para el coche.

Apenas tardaron 10 minutos en llegar donde iban a cenar.
Irene: ¡Pizzas!
Alan: Las babas, no me gusta que te gusten más las pizzas que yo -Le miró mal.
Irene: Sois amores distintos.
Sin más preambulos entraron al bar, apenas había nadie, ya que apenas eran horas.

Se sentaron en una mesa, y cogieron la carta donde venían todo lo que servía.
De pronto llegó un camarero.
Camarero: ¿Que van a querer?
Alan: Una pizza 4 quesos, y otra de carne, y dos coca-colas.
Camarero: ¿Algo más?
Alan: ¿No crees que si fuera querido algo más te lo fuera dicho antes?
Camarero: Nada más.
El chico se retiro y Alan se reía.
Irene: Eres más mala gente.
Alan: Habló, tsé.
Irene: ¿Mala gente yo? Ahora te rayo el coche, listo.
Alan: Bueno, ¿Que tal sin mi?
Irene: Las mejores horas sin duda, que no que es broma, mas mal...
Alan: Me habías asustado.
Irene: ¿Sí?
Alan: No, más bien era preocupación.
Irene:Ah, bueno sea lo que sea.
A los cinco minutos apareció el camarero y dejo las cosas sobre la mesa, en medio.
Se retiró y Alan le dió la Coca-Cola a Irene y empezó a comer.
Irene: ¿Y mi pizza?
Alan: AH ¿Que querías comer tu tambien?
Irene: ¿Perdón?
Alan: Joder, ¿Que hacemos ahora? ¿Quieres los bordes? -Le ofreció uno mientras comía un trozo de pizza.
Irene: Ah si gracias por tu generosisas -Cogio el borde.
Y la nada se lo tiro a la cara.
Irene: ¡PIZZA! ¬¬
Alan: Si te pones así, no hay más que hablar, toma -Le ofreció un plato.
Irene: ¡Gracias! -Sonrió
Alan: Acabo de ver al demonio personificado.
Irene: Que halagos, eh.
Alan: Soy todo un galán.

Después de la animada cena, Alan dejo a Irene en casa, y después estuvieron hablando cerca de una hora por Whatsapp.

martes, 29 de mayo de 2012

Capitulo 17.


[Irene]

Después de terminarme todos los dulces, por cierto que buenos, regresé para casa.
Y lo primero que ví fue a Marcos, hablando con Diana.
Llegó las malas noticias.
No discutían al reves, hablaban tranquilamente y después de todo eso se abrazarón y sonrieron.
Yo pase por un lado, no quería molestar. Y ví a mis padres arreglandose.
Blanca: Nos vamos cielo.
Irene: ¿A dónde?
Blanca: Pues vamos a dar una vuelta, ¿Te vienes?
Irene: No, me quedo aquí.
Blanca: Vale, pues hasta luego. Te quiero -Se acercó y me beso en la frente.
Mi padre hizo lo mismo y se marcharon.
Yo lo mejor que podía hacer es comer, e irme un rato a la playa, sola.
La conversación entre Diana y Marcos se fue trasladando, mientras daban un paseo.
Y yo me quedé sola, como de costumbre, para variar un poco.
Me cambie de ropa y me puse pantalones cortos y una camiseta de tirantes, mis deportivas y a correr, o al menos intentarlo. El móvil tenía bateria así que sería lo único que me acompañaría.
Fui andando hasta la orilla de la playa y allí empece a correr, poco pero bueno algo es algo. Con la música del móvil me anime un poco, pero cuando me tocaba una triste me entraba la nostalgia por todos lados y me

daban ganas de llorar, porque me venía a la mente lo que me dijo Alan. Las cosas se demostraban con hechos.
¿A que se refería en cuanto a hechos? Para que después digan que las mujeres somos complicadas, madre mía.
Me salió de nuevo otra puta canción triste así que opte por pasarla. Subí la mirada y seguí mi camino. En cuanto me iba acercando ya al pedazo de pedrusco que me impedía seguir, también me fijaba en el chico que

había al lado con un perro. Seguí fijandome..., no podía ser cierto.
Intente darme la vuelta disimuladamente pero nada, me había visto. Mierda.
Se acercó y yo ya me tuve que parar.
Jorge: ¡Hola! Veo que al final tuviste remordimientos.
Irene: Pues sí, además estaba autista en mi casa...
Jorge: Ya somos dos entonces.
Irene: ¿Que estabas autista?
Jorge: No, que me comi 4 pedazos trozos de tarta de chocolate.
Irene: Shs, que me entra hambre.
Jorge: Con sirope por encima y trozos de chocolate blanco, madre mía.
Irene: Como se nota que quieres que vaya a comprar eh, os vais hacer de oro.
Jorge: Bien buenas que estaban eh.
Irene: Calla, que me voy a comprar como sigas.
Jorge: Ya me callo jajaja.
Irene: Bueno...
Jorge: Antes de todo te presento a mi pastor alemán se llama  bizcocho.
Y bizcocho ladró.
Irene: Estoy obsesionada con los dulces, he escuchado que tu perro se llama bizcocho. -Me reí.
Y el perró volvió a ladrar.
Irene: Tenemos hambre eh,
Jorge: No, no que se llama Bizcocho.
Y volvió a ladrar.
Irene: ¿En serio? ¿Que son indirectas o algo?
Jorge: No mujer, que me encanta el bizcocho.
Y bizcocho ladró.
Jorge: Tú no, el otro bizcocho.
Irene: Me estoy líando un poco...
Jorge: ¿Porque, Bizcocho?
Y Bizcocho ladró.
Irene: .___________________.
Jorge se empezó a reir.
Jorge: Ya paró eh. Siempre pasa lo mismo jajajaja
Irene: No si me lo puedo imaginar la verdad.
Jorge: ¿Quieres un helado?
Irene: ¿Eso que es, un gato? No, gracias.
Jorge: Helado es mi araña.
Irene: Buag, arañas...
Jorge se volvió a reir.
Irene: ¿Y ahora que pasa?
Jorge: Que no tengo arañas me dan pánico, y un helado normal, esos fríos.
Irene: ¿No será una araña de Siberia no?
Jorge: No, es un helado de esos con trozitos de chocolate y sirope.
Irene: Cuando usted quiera.
Jorge: Vamos bizcocho.
Irene: Gracias eh.
Jorge: No es nada, de todas formas me has entretenido, estaba más aburrido.
Irene: Ah bueno pues me alegro de entretenerte jajaja
Jorge: Bueno, pues eso.
Irene: Que majo eres, aquí sois todos así por lo que veo.
Jorge: Na, yo soy muy cortado eh.
Irene: No me lo creo.
Jorge: No, no, no te lo creas.
Irene: Aparte de extrovertido, gracioso.
Jorge: Y guapo eh.
Irene: Bueno, y creído.
Jorge: También, no, no. Tranquila esque estoy nervioso y sólo suelto gilipolleces.
Irene: Ah bueno, tranquilo.
Jorge: Nada es que mis experiencias con las chicas no han sido las mejores la verdad.
Irene: Ah, bueno ya somos dos.
Jorge: ¿Eres lesviana?
Irene: No. Me refiero a que no son buenas mis experiencias.
Jorge: Ah venga. Hay muchos chistes para eso, pero mejor me callo, porque sino, la cago del todo y no es plan.
Irene: ¿Sabes que?
Jorge: ¿Qué?
Irene: Que estoy rebentada si eso, vamos ahora después a por el helado porque me duele todo. -Dijé mientras me senté en el suelo.
Jorge hizo lo mismo.
Irene: Bueno pues eso que soy muy tonta para entender a lo hombres.
Jorge: Y yo para las mujeres.
Irene: ¿Que te paso a ti? Si quieres decirlo eh, que a mi me da igual...
Jorge: Pues que como resulta que soy de esta forma, pues se creen que no quiero salir con ninguna, y bueno eso de que tus amigos sean los guapos, pues todas se creen que yo sólo quiero salir con tías buenisimas.
Irene: Ah, pues si tus amigos son los guapos, ¿Tú que eres?
Jorge: El listo. Sí sacó buenas notas.. ¿Pasa algo eh?
Irene: Nada, tranquillo jajaja
Jorge: Pues eso que cuando por fin intento algo con una lo que quieres es... -Ví como sus mejillas se iban poniendo coloradas y gesticulaba mucho. Estaba nervioso.
Irene: Ya te pillo.
Jorge: Pues eso, que una mierda.
Irene: Te entiendo..
Jorge: ¿Te pasa lo mismo?
Irene: No. -Sonreí
Jorge: Cuentame si quieres...
Irene: Pues que he estado saliendo o lo que fuera con un chico, y ayer me pille una buena borrachera y me fume todo lo que pille, y le dije de todo. Y hoy le he pedido perdón y me ha dicho que las disculpas se demuestra con hechos, me ha dejado todo loca.
Jorge: ¿Lo quieres?
Irene: Mucho.
Jorge: Pues ve y se lo dices.
Irene: Pero si se lo he dicho.
Jorge: Pues ve a su casa y se lo dices a los cuatro vientos.
Irene: Es que sus padres y los míos con muy amigos y no es plan .__________.
Jorge: ¿Mejor forma que esa?
Irene: Hombre, a él no le parecerá mal, porque está cansado de tener siempre que fingir...
Jorge: Pues ale, levanta el culo y vas le dices a tu suegra. "Hola, tu hijo esta muy bueno y soy su novia"
Irene: -Me empece reir- Claro...
Jorge: No, ahora en serio. Ve y se lo dices anda.
Irene: Gracias por todo en serio, eres genial. -Le abrace.
Jorge: Soy un algodon de azúcar.
Irene: Claro, y yo una piruleta.
Jorge: MMMM, piruleta...
Irene: Me voy, gracias por todo.
Jorge: Oye sé que no es normal, pero ¿Me das tu numero? Para hablar por whatsapp y eso...
Irene: Claro. Apunta.
Después de decirle mi numero me fuí para casa y me duche y me puse lo primero que vi.
Cogí el móvil y llame a Alan.
Irene: ¿Donde estas¿
Alan: En mi casa, que estoy merendando con mis padres y los tuyos.
Irene: Pues te paras ahí, porque tengo que decirte una cosa.
Alan: ¿Que cosa?
Irene: No me dijiste, que el perdón se demostraba con hechos. Pues les voy a decir a mis padres que te quiero.
Alan: No eres capaz. Además, no creo que se lo tomen muy bien- Dijo en voz baja.
Irene: Me da igual. Esperame eh.
Alan: Vale...
Colgué. Y sali pitando para casa de Alan.
Estaba hiperactiva, ¿Que iba a decir? ¿Que iba ha hacer? ¿Cómo se lo iban a tomar? ¿Y si me prohibe verlo?
¡NO DIGAS TONTERÍAS! Estoy delirando.
En apenas 10 minutos estaba con el dedo puesto sobre el timbre. "Ding dong".
Y salió Ana.
Ana: Hola guapa, pasa que estan aqui tus padres...
Entre para dentro más nerviosa que un flan. Cuando me asome por la puerta Alan me miró con una sonrisa y me guiño el ojos.
Blanca: ¿Has hablado con tu hermana?
Irene: Eh, no.
Blanca: ¿Como sabes que estamos aquí?
Irene: Tengo que deciros algo.
Alan: ¿Si? Vamos a escucharte entonces. -Apagó la tele.
Todos me miraban.
Irene: Yo quería...yo deciros...
Alan: Si lo que nos querías decir era que te sabes los pronombres personales, felicidades.
Blanca: ¿Irene?
Mi padre estab con cara de no saber de que iba todo esto y Alan tenía una sonrísa. Quería que lo hiciera, lo sabía, y sabía que era suficiente hecho.
Irene: A mi me gusta....
Pedro: ¿Te gusta?
Alan: ¿Te gusta pintar? ¿Te gusta correr? ¿Te gusta...? ¿Qué te gusta Irene?
Irene: Me gustas tú.
Todos memiraron con cara de poker face. Y Alan suspiró aliviado, había sido capaz.
Blanca: ¿Que te gusta? ¿Cómo?
Alan: Irene, cuenta.
Irene: sdfgnfnfbhrhf .
Javier: No entiendo nada.
Irene: Alan...
Alan: Tranquila. -Se levanto y me abrazó.
Ana: ¿Estaís saliendo?
Blanca: Eso parece...
Javier: Madre mía.
Alan: Ahora venimos.
Los padres se quedaron asombrados, no se lo esperaban. Sus hijos eran tan opuestos del uno del otro, que esa noticia la verdad es que era la que menos se esperaban.
[Habitación de Alan]
Irene: Lo siento, no sé porque te dije eso ayer, no lo se.
Alan: Pues porque en cierto modo lo sentías, pero tambiñen es culpa mía no debí de haberme ido con esas chicas.
Irene: Tu puedes hacer lo que quieras pero es que no se, lo peor de todo fue la Paula esa. Me sentí como una mierda cuando ví que te llamo.
Alan: Nada callate ya, en serio. No es bueno recordar cosas del pasado.
Irene: ¿ Me perdonas?
Alan: Claro, lo que has hecho ha sido muy bonito. Bueno más que bonito es de haber tenido dos cojones pero como no es ese tu caso. -Me sonrió
Irene: No te queía perder, y tampoco sabía que hacer la verdad.
Alan: Con haberme dicho, que soy muy impotante para ti hubiera bastado, pero esto es mucho mejor.
Irene: Joder, bueno pues lo hecho esta hecho.
Alan: Sí.
Me abrazo. Y me sentí más feliz de lo normal, sabía que él era realmente lo que más quería en este momento.
Continuará.

domingo, 27 de mayo de 2012

Capitulo 16.



[Irene]

Para cambiar la rutina del día Diana, mi querida hermana, me levanto a las diez y media porque necesitaba hablar urgentemente con alguien. Obviamente iba a ser mi madre la elegida sino yo.

Diana: Esto es algo, que llevo pensándolo mucho tiempo, y está más que re-pensado.
Irene: ¿Qué pasa?
Diana: Creo qué, ya no quiero a Marcos.
Irene: ¿Qué?
Diana: Desde hace ya tiempo, estamos muy separados, no hacemos nada juntos y yo para estar así no estoy.
Irene: Pues díselo, porque a lo mejor él te quiere mucho, y le vas hacer mucho daño como te pares más.
Diana: Eso es lo que haré ahora mismo, pero antes quería contártelo a ti, porque desde que venimos aquí apenas hemos tenido tiempo para hablar de nuestras cosas, y eso no me gusta.
Irene: Ya…
Diana: Cuéntame, porque sé que tienes cosas. Me vayas a decir que no, que se cuando mientes.
Irene: No me hagas esto por favor.
Diana: Te puedo ayudar, no me desprecies.
Irene: Está bien.
Diana: Tengo todo el tiempo del mundo.
Irene: Empiezo del principio. El día que me fui sola a la playa conocí a Bibiana, ella me invito a salir por la noche con sus amigas, me presentó a otra chica que se llama Nerea, que es la que vino el otro día, y  también me presentó a un chico, Alan. Pero este tenía novia, Carla.
Al principio a mi no me gustaba, era guapo y tal, pero nada del otro mundo, otro día. –Me cortó.
Diana: Resumen.
Irene: Nos conocimos mejor, a mis amigas les caía mal su ex novia, el día de la fiesta esa que vino Nerea, me iba a ir con un chico, vino Alan le partió la cara, me trajo aquí, ya me gustaba del día de antes, me dijo que también le gustaba y total, que lo dejo con Carla, salí con él, vino ella le pegue una hostia, y fue cuando me doble la mano.
Empezamos a salir y ayer me enfade con él porque estaba tonteando con nenas de menos edad y resulta que me puse ciega a cubatas y porros.
Diana: ¿Pretendes que me crea eso?
Irene al ver que su hermana no le creía le dio la ropa del día anterior que apestaba a porro y alcohol y eso si que confirmaba lo que había dicho anteriormente.

Diana: Madre mía, que movidon.
Irene: Gracias, no había deducido yo eso en toda la noche.
Diana: Tienes resaca y aún sigues con ironías y sacarmos.
Irene: Gracias, en serio.
Diana: Ve y le pides perdón ya. Pedazo de chico que te has apañado.
Irene: Oye, deja a Alan tranquilo.
Diana: No suelo quitarle el novio a mi hermana.
Irene: Eso espero, bueno el tema es que me pase, le dije muchas cosas malas.
Diana: Lo que sentías, nada más que la verdad.
Irene: Pero es que yo lo quiero.
Diana: Joder, una cosa esta clara, le hiciste daño por él y él por ti. Ve y le pides perdón y me voy, porque te recuerdo que tengo que dejarlo con Marcos…
Irene: ¿Te lo has pensado mejor?
Diana: Mucho, Irene, mucho, y es lo mejor.
Dicho esto salió por la puerta. Y yo me quede con cara de no saber que hacer, así que lo mejor es ducharme otra vez y despejarme.
No pienso tardar mucho porque ayer por la noche me duche…

[Abajo en la puerta]

Sonó el timbre y Blanca la madre de Irene fue abrir a ver quién era.
Blanca: Hombre Alan, que sorpresa.
Alan: Sí, es que Nerea me ha dado el móvil de Irene, que se lo dejo en casa de Bibiana.
Blanca: Ah, vale, pues gracias, espera que la llamó.
Alan: Ah, no hace falta, tome. Y hasta luego.
Blanca: Vale, ¡Hasta luego!
Blanca cerró la puerta y vio como Irene se dirigía hacía ella.
Blanca: Alan te ha traído el móvil
Irene: ¿Se ha ido?
Blanca: Ahora mismo.
Irene: A ver si esta, es que no se a que hora han quedado.
Diana sonrió y se fue en busca de Marcos.

Mientras que Irene salió rápido y vió a Alan a lo lejos, justo se estaba yendo andando así que a correr un poco.
En nada de tiempo llegó y se puso a su lado.
Irene: Tengo que hablar contigo –Respiró hondo para recuperarse.
Alan: Creo que anoche me lo dejaste todo claro, bonita.
Irene: Pues sí y no, guapo.
Alan: Pues habla, que tengo que ir a corre, bonita.
Irene: Pues que si te dije eso, era porque estaba celosa de las demás simplemente y llanamente, guapo.
Estos adjetivos iban acompañados de un tono un tanto más alto que la frase.
Alan: Pues muy mal, porque resulta que a quién quiero es a ti, y no a ningún niñata que lo único que quiere es que me líe con ella para fardar de rollo.
Irene: Ya –Antes de decir lo que quería Alan le corto.
Alan: Bonita, que se  me ha olvidado decirlo antes.
Irene: Nunca he estado con ningún chico, y es normal sentir celos.
Alan: Muy normal.
Irene: Pues eso, que lo siento.
Alan: Vale, pues ale hasta luego.
Alan siguió para delante y dejo a Irene abatida sin saber que hacer o que decir.
Irene: Alan…
Este se dio la vuelta y le miró.
Alan: Las disculpas quedan aceptadas, pero si de verdad lo sientes las cosas se desmuestran con hechos.
Dicho estos e marchó y dejo a Irene sin palabras y en el suelo, porque estaban cansada.
Se fu de nuevo para casa y allí vio como Diana hablaba con Marcos, pobres.
Cogí dinero y me fui para una pastelería tenía que comer algún pastel o dulce. Me hacen falta.
Anduve durante al menos 20 minutos y cuando ya me canse pregunté.
Irene: Oiga señora, ¿Sabe usted donde hay pastelería?
X: Sí giré en esa calle, y baje, y cuando llegué al final, en la segunda a la derecha y de frente ya la tienes.
Irene: Vale gracias.
X: De nada chica.

Irene no se había enterado de mucho sólo de girar en la calle y bajar, así que venga, después preguntaré.
Hizo todo y de nuevo, pregunto. Le volvieron a decir por donde ir, y esta vez llegó.
Irene: Buenos días. –Entró en la tienda, que no había nadie.
Irene: ¿Hola?
Se asomó una mujer mayor.
X: Un momento, que ya mismo le atendemos.
Irene: Vale.
Empezó a ver todos los dulces y bollitos de chocolate que había, se le caía la baba.
Irene: Que pinta tienes –Dijo mientras mirada un dulce con los ojos muy abiertos.
X: Gracias ya me lo habían dicho antes.
Del susto que se llevo dio un respingo.
Irene: Dios que susto.
X: Bueno pues entonces no tengo tan buena pinta cuando te he asustado.
Irene: Ah…
X: ¿Bueno supongo que no vienes para darme ninguna rosa, ni ningun poema no?
Irene: Eh, no…, para comprar dulces…
X: Vaya chasco, bueno ¿Qué quieres?
Irene: Ese dulce de ahí, y ese, otro, y aquel del fondo, y ese de ahí detrás del de antes.
X: Espero que no te lo comas todos tu, porque sería una lastima que te salieron michelines…
Irene: Pues entonces bienvenido michelines…
X: Uh, ¿Malas notas? –Dijo mientras colocaba todos los dulces.
Irene: Mal de amores. ¿Cuánto es?
X: Cinco con cincuenta.
Irene: Toma.
X: ¿Eres de aquí? Nunca te he visto, y eso que voy poco a las clases bachiller..
Irene: No, estoy de vacaciones.
X: Ah, bueno pues me llamó Jorge. Si algún día te aburres o sigues teniendo mal de amores o malas notas me avisas.
Irene: Yo soy Irene. Y bueno pues esta tarde me tiraré toda corriendo, ya que a las cuatro no hay nadie en la playa.
Jorge: Pobre…, bueno pues encantado. –Salió de detrás del mostrador y se acercó a darme dos besos.
Irene: Me tengo que ir, hasta otro bajón.
Jorge: Adiós y gracias.
Me marché de la pastelería por donde volví y de camino me comí casi todos los dulces.
Esta tarde me tocaba correr.
Pero de vuelta a casa pensé a en Jorge, alto, piel asi de tono normal, ojos marrones y el pelo hacía arriba como lo solían llevar todos los chicos, muy guapo, pero… Alan.
¿Qué iba a hacer?

viernes, 25 de mayo de 2012

Capitulo 15.


Capitulo 15.

[Irene]

Entre para casa, espero que no hubiera nadie, por mi bien.
Cruce el comedor sin mirar para los lados y cuando me decidí a subir hacía mi habitación me llamaron. Mierda.
Marcos: ¿Irene?
Irene: Dime.
Marcos: He escuchado voces…
Irene: Nada, tranquilo.
Marcos: ¿Estás bien?
Irene: No, ¿Tanto se me nota?
Marcos: Apestas a Vodka…
Irene: Y a porro.
Marcos: ¿Pero…?
Me senté en el sofá. Y él al lado mío.
Irene: Alan.
Marcos: Ah ¿Os habéis enfadado?
Irene: Si fuera sólo eso.
Marcos: No entiendo.
Le conté todo lo que le había dicho y lo que había pasado.
Marcos: Tranquila, mañana te disculpas y ya está.
Irene: No creo, es que en verdad no creo que saliendo con él me ayude a mi misma.
Marcos: Hombre el balance de hace una semana ahora, es muy negativo, pero oye que si lo quieres, sólo hay que controlarse.
Irene: Pero es que lo quiero. Y mucho. –Me limpié la lágrima que me caía…
Marcos: Hombre te has pasado eso queda claro, pero silo has dicho es porque lo piensas.
Irene: Es que no quiero perderlo, ¿Y si voy a su casa?
Marcos: Tu es que se ve, que quieres que os pillen ¿No?
Irene: Mierda, que hoy cenan con ellos.
Marcos: Si señorita.
Irene: Bueno pues nada mañana le llamo, o algo.
Marcos: Ahora dúchate anda, que sino, verás tu madre mañana.
Irene: Vale. –Me levanté, pero antes de irme le di un abrazo a Marcos.
Irene: Gracias por todo, eres un cielo en serio. –Me arretire y me fui a la ducha.



[Casa de Alan]

[Alan]

Entre por la puerta, intente cambiar la cara que se me había quedado hace 3 minutos escasos.
¿En serio piensa eso de mí? Y lo peor de todo, ¿Tendrá razón?
Saque las llaves y abrí la puerta, cuando me giré a la derecha y vi a mis padres junto a los de Irene.
Perfecto.
Ana: Cielo, acércate.
Pedro: ¿Qué tal la fiesta?
Blanca: ¿Dónde está Irene?
Alan: En casa.
Javier: ¿Se ha ido sola? –Se preocupo.
Pedro: ¿No le habrás dejado que se fuera sola, verdad?
Todos esperaban mi respuesta.
Alan: No, acabo de dejarla en casa.
Blanca: Que atento, gracias, por portarse así con ella.
Alan: No es nada, soy así con todo el mundo.
Javier: Mi hija es que nunca ha salido tanto como ahora, y no quiero que se desmadre.
Para mis adentros me quede un poco mosqueado, porque si nunca había ni fumado ni bebido, no había hecho mucha cantidad para dejarla en el estado que ella estaba.
Ana: ¿Sois muy amigos? ¿O lo normal?

¿Digo la verdad? No, porque ya no somos nada.
Alan: Lo normal.
Javier: Bueno pero aun así gracias.
Alan: De nada.
Blanca: Que cielo de chico.
Alan: Gracias, aunque no es para tanto eh.
Ana: Si si, lo es, si lo vieras…
Alan: Bueno me voy a dormir que tengo sueño, ya hablamos mañana.
Todos se despidieron de mí. Y subí como una bala para mi habitación. Cuando abrí la puerta una brisa fresca me dio de frente.
Buena noche la de hoy, entré en la habitación y cerré la puerta.
Apague la luz y me quite la ropa, no tenía ganas de ponerme nada, así que me acuesto en calzoncillos, que más da.
Antes de irme a dormir, me tenía que echar la crema para el tatuaje, que sino se puede infectar y para que queremos más disgustos.
Después de eso, cogi el pantalón y busque mi móvil.
Tenía que decirle algo a Irene, no puedo dejar que se vaya así de rosas.
No se como cojones me ha afectado tanto lo que me dijo, muchas chicas me habían dicho que soy un jodido cabrón y más cosas, y ella me dice : “No me tienes que llamar para nada, déjame en paz, me estas jodiendo la vida dios, en una semana lo que me he convertido. Fumo bebo, y joder y pego a tías porque eran tus ex´s, esto es todo un sueño, en serio. No puede pasar esto de verdad, es que no me lo creo”
No me jodas. “Y eso de no te he dicho ni una cuarta parte de lo que pienso” Pues ni imaginármelo quiero la verdad.
Pero aun asi quiero decirle algo respecto a todo esto.
Así le mando un Whatsapp, no creo que se haya dormido todavía.
Cogí el móvil y empece a escribir:
“Sé que no soy ningún príncipe azul, pero aunque busques en mi eso no lo encotraras, soy así que no me preocupan los problemas. Y tu desde que llegaste me has ido despejando cada uno de lo caminos por los que iba, y eso me ha hecho pensar mucho, y cambiar algo de mi personalidad, así que no creo que sea tan malo como me has dicho antes”
Le di a enviar, y de pronto escuche un pitido, que provenía de mi pantalón.
Mierda es el móvil de Irene, joder. Seguro que me lo dejo ahí cuando salimos de la habitación.
De pronto escucho mi móvil de nuevo, es Paula…
Alan: ¿Si?
Paula: Alan, ¿Vienes al final? Es que te estoy esperando…
Alan: No, lo siento, es que tengo sueño ya.
Paula: Ah, bueno espero que sea esa tu razón de no venir,porque si la de que Irene, se ha ido no me gusta.
Alan: ¿Sabes que?
Paula: ¿Qué?
Alan: Tan sólo por el simple de echo de decir eso has conseguido de que me cayeras bien a caerme como el cuelo bonita, haber si maduramos un poco más y dejamos de ser tan pesada, no me gustas y parece mentira que no te hayas dado cuenta en toda la noche, porque tu nada más que hacías mandarme indirectas y yo básicamente las indirectas me las pasaba por el forro de los huevos, así que ni una vez más. Buenas noches y disfruta.
Colgué y suspiré.
Jodida. Me ha tocado los cojones, pero bien tocados.
Después de desenfadarme lo que hice mejor para mi salud y mi sueño, fue acostarme ya que este día había tenido momentos de toda clase, y eso no me molaba y lo peor de todo es que me levante pensado en Irene, y me vuelvo a acostar pensando en ella.
Estoy empezando a plantearme haber de cuanto sitio a ocupado en mi corazón

miércoles, 23 de mayo de 2012

Capitulo 14.


Alan: Tranquila haz lo que te apetezca.
Irene: ¿Salir corriendo?
Alan: Abrázame anda.                 
Irene: ¿Qué te abrace?
Alan: Sí, ¿O te da vergüenza?
Se acercó a él y le abrazó, Alan le besó en la frente.
Alan: Me encanta que seas así en serio.
Irene: Pues a mi no, joder.
Alan: Tranquila ya hemos avanzado algo, ¿No?
Irene: Supongo –Dijo no muy convencida-
Alan: Algo es algo…
Irene: Venga que yo cierro los ojos y no hablo. –Cerró los ojos-
Alan: ¿En serio?
Irene: Pero sin pasarse.
Alan: Me lo imaginaba. ¿Estás ya?
Irene: Si, cuando tu quieras.
Alana se levantó del filo de la cama y se puso detrás de ella.
Empezó a buscar los botones de la blusa beige de Irene.
Irene: Ten cuidado que es nueva.
Alan: Shs, silencio, dijiste que ibas a estar en silencio eh.
Irene sentía como los dedos de Alan le rozaban la piel y eso le hacía estremecerse.
Hasta que ya no habías más, y se acercó un poco más, le quitó con cuidado la blusa y la dejó encima de la cama junto a su camiseta.
Fue dándole pequeños besos hasta llegar al filo de los labios.
Irene: No me gusta estar así porque no puedo ver tus ojos.
Alan se levantó y fue hasta el interruptor donde le dio para que hubiera de nuevo luz.
Hicieron falta varios segundos para que sus ojos se acostumbraran a la luz..
Mientras volvió al lado de Irene y se puso en frente de ella.
Fijo su mirada en el torso más bien en el sujetador.
Alan: Me encanta el gato de tu sujetador…
Irene: Mierda, cualquiera sabe que va a pasar esto, otro día me pongo otro –Sonrió-
Alan: En serio, cada día me sorprendo más.
Irene: Pues anda que yo, me estoy sorprendiendo sí.
Alan: ¿Para bien o para mal?
Irene: Pues no sé.
Alan: Aunque, la verdad todas las chicas son iguales lo que pasa que a lo mejor tu no quieres demostrar que lo puedes hacer aún.
Irene: Puede ser eso.
Alan: Venga sé que tienes tu lado malo, ¿Me lo demuestras un poco? –Dijo con cara de cordero degollado.
Irene: ¿Aquí? Mira que como nos pillen nos podemos morir tranquilos.
Alan: Pues hecho el pestillo. –Se levantó y cerró la puerta con el pestillo y volvió.
Irene: Hay madre mía, a quién le diga esto se parte el culo. Me dices a mi hace 2 semanas que voy a estar en una fiesta enseñándole casi las tetas a un chico y me parto que da gusto.
Alan: La vida da muchas vueltas, y tu misma has elegido este camino. Nadie te ha obligado.
Irene: Encima tienes razón. –Le miró mal.
Alan: Venga anda vamos a vestirnos, que seguro que nos echan de menos. Hace ya casi media hora que desaparecimos. –Sonrió.
Irene le agarró del filo de los pantalones y lo echo encima de ella.
Alan: Oish oish que mareos –Rió
Irene: -Soltó una carcajada- Bésame y cállate –Le guiñó el ojo.
Alan: Me gusta está Irene.

De pronto sonó la puerta.

Nerea: Parejita venga para fuera que vamos a cenar algo.
Alan: Vale.
Se levantaron y se pusieron la parte arriba, que les faltaba a ambos.
Alan: Oportuna es la tía.
Irene: Que vergüenza.
Alan se abrochó la camisa y ayudo a Irene a abrocharse la suya, y en nada bajaron para el jardín donde estaban todos.
Estos se sentaron al lado de Nerea y Bibiana.
Adán: Desde luego, que guarrillos, las ansías os pueden
Irene: No, estábamos hablando.
Bibiana: ¿Y el pintalabios que tiene Alan?
Irene: No se explicarlo.
Alan: Yo, que soy muy femenino.
Todos se rieron y siguieron con lo suyo.
Alan saco de su paquete de tabaco y de él cogió un cigarrillo, aunque todos sabíamos que era un porro.
Irene: Que voy hacer contigo eh.
Este encendió el porro y le dio una calada.
Alan: Quererme, me conformo con eso.
Se levanto y se fue para un grupo de chicos.
Y Abel aprovecho y se sentó al lado.
Abel: ¿Quieres? -Le ofreció un vaso.
Irene: ¿Qué es?
Abel: Vodka.
Irene: -Miro de refilón a Alan y cogió el vaso y le dio un trago, puso millones de caras, y volvió a darle otro Buah como baja eh.
Abel: Que te lo has bebido casi todo, que tía.
Irene: Llena, anda.
Abel: Uh, venimos hoy guerrera eh. –Le llenó el vaso.
Irene: ¿Es una fiesta no? Pues ya esta.
Abel: Di que sí.
De pronto se acercó Bibiana y siguieron llenándose el vaso cada vez que no quedaba nada.
Eran ya las dos y media de la noche, se habían bebido entre 4 dos botellas de Vodka.
Irene se levanto al servicio y cuando volvió vio a un par de chicas tonteando con Alan.
Irene: ¡Tsé!
X: ¿Es conmigo?
Irene: Si, ¿Tienes un cigarro o algo?
X: No, tengo mitad y mitad.
Irene: ¿Vamos tabaco y Marihuana no?
X: Sí.
Irene: Pues dame, toma toda para ti –Le dio una botella de Ron Barceló.
X: Ah bueno toma. –Se fue para el jardín.
Irene se fue hacia sus amigos y allí pidió un mechero y empezó a fumarse el porro.
Abel: ¿Irene? ¿Qué coño estas haciendo?
Irene: ¿Quieres? Te veo tenso eh.
Abel: Como te vea Alan, te cagas.
Irene: Oh sí que susto…
Abel: Bueno pues venga dame una calada.
Irene: Toma –Se lo dio.
Abel: Te estas portando eh.
Irene: Me lo paso bien eso es todo.
Abel: Bien, bien, espera que sacó el móvil y nos hacemos una foto, que no tengo contigo y llevas casi una semana-Sonrió.
Irene: Venga.
Después de echarse la foto, Irene fue de nuevo al servicio y cogió su maquillaje, y se retocó un poco, tenía los ojos rojos, y el aliento le olía a alcohol.
Salió de nuevo y se encontró a Alan.
Alan: ¿Dónde estabas? Te estaba buscando.
Irene: He ido… al… eso… -Señaló.
Alan: ¿Irene? –Preguntó extrañado.
Irene: Así me llamó. –Le estiró de los mofletes.
Alan: ¿Has bebido?
Irene: He bebido, he fumado y ya está.
Alan: ¿Qué qué?
Irene: He bebido, he fumado. ¿Sabes?
Alan: ¿Cómo te mantienes en pie?
Irene: Porque tengo dos piernas, así de sencillo.
Alan: No te cachondees.
Irene: Ven anda, que ahora siento que te quiero conmigo… -Dijo mientras le besaba.
Alan: Irene quédate quieta que no sabes lo que estás haciendo.
Irene: Encima que te digo que venga, y tu te cortas. Que raro eres eh.
Alan: Es que no sabes lo que dices, estás borracha y fumada.
Irene: Bueno, pero te estoy diciendo que quiero y me estás contando que…, que me.., NO SÉ.
Alan: Irene, si no sabes ni lo que dices.
Irene: Si te estoy diciendo que quiero…
Llegó Bibiana con dos vasos.
Bibiana: Toma, para ti, de parte de Adán, y dice que ¡Fiesta!
Irene: Gracias –Cuando le iba  a dar un trago Alan, le quito el vaso.
Bibiana: Oish que niño, bueno venga vente Irene, que vamos a bailar un rato.
Alan: No ella no se va a ningún lado.
Irene: Claro, porque tu lo digas no.
Alan: Pues básicamente señorita.
Bibiana: Ea pues adiós.
Irene: Lo que te estaba diciendo.
Alan: Que te vas para casa.
Irene: Que me dejes.
Alan: Vamos. –Le agarró del brazo y la llevo hasta el coche.
Allí se montón el coche resignada.
Alan: ¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?
Irene: Oh sí perdón, hablo el que nunca hace nada ¿verdad?. Tú que ni fumas porros, ni te follas a la primera que se te ofrece ni le metes mano a quien te da la gana, por no hablar de que hace 5 horas estábamos diciendo que eramos novios y ahora en nada te veo con dos nenas de no se cuantos años muy cariñoso. Venga vamos no me jodas, que para esto me fuera quedado en mi casa y no aquí.
Alan: Yo sólo quiero lo mejor para ti.
Irene: Claro, es verdad lo mejor para mí, me olvidaba.
De pronto sonó el móvil de Alan.
Y vio como salía en el fondo del móvil el nombre de una chica, “Paula”.
Irene: Cógelo.
Alan: No, te llevo a casa y ya esta.
Irene: Te estoy diciendo que lo cojas.
Alan: Está bien.

Alan: Dime Paula.
Paula: ¿Dónde has ido?
Alan: Voy a llevar a Irene a casa ¿Por qué?
Paula: ¿Vuelves?
Alan: No se, no creo.
Paula: Joe, anda vente un poco más que hemos dejado el tema.
Alan: Luego te digo, hasta luego.

La conversación se escuchaba claramente, y no hacía falta más para terminar de avivar el fuego.

Irene: Que pena que te joda la noche, así que si quieres me llevas ya vuelves y te de diviertes.
Alan: No pienso volver.
Irene: Se que lo harás.
Alan: Que poco me conoces eh.
Irene: ¡Pues no! Que no te conozco, si lo llego a saber tampoco fuera preferido conocerte.
Esas palabras fueron como millones de puñales clavados en el pecho.
Pero arrancó el coche y fue para casa de ella donde, aparcó al lado y se fue para abrir la puerta del coche, pero salió antes, y aunque hubiera llegado a tiempo tampoco le hubiese dejado.

[Ya en el porche]

Irene: Adiós, para que después digas que no me despido.
Alan: Siento haberte dejado sola.
Irene: No tienes por qué sentir nada.
Alan: Mañana te llamo.
Irene: No me tienes que llamar para nada, déjame en paz, me estas jodiendo la vida dios, en una semana lo que me he convertido. Fumo bebo, y joder y pego a tías porque eran tus ex´s, esto es todo un sueño, en serio. No puede pasar esto de verdad, es que no me lo creo.
Alan: Estás borracha no sabes lo que dices.
Irene le miró a los ojos.
Irene: Te estoy diciendo que esto lo que sea lo nuestro o lo mierda que tengamos que se acaba y tu vuelve con Paula o con Carla tienes para elegir, ¡Disfruta!.
Alan: ¿En serio piensas eso de mi?
Irene: No te he dicho ni una cuarta parte de lo que pienso, creéme.