Capitulo 15.
[Irene]
Entre para casa, espero que no hubiera
nadie, por mi bien.
Cruce el comedor sin mirar para los
lados y cuando me decidí a subir hacía mi habitación me llamaron. Mierda.
Marcos: ¿Irene?
Irene: Dime.
Marcos: He escuchado voces…
Irene: Nada, tranquilo.
Marcos: ¿Estás bien?
Irene: No, ¿Tanto se me nota?
Irene: No, ¿Tanto se me nota?
Marcos: Apestas a Vodka…
Irene: Y a porro.
Marcos: ¿Pero…?
Me senté en el sofá. Y él al lado mío.
Irene: Alan.
Marcos: Ah ¿Os habéis enfadado?
Irene: Si fuera sólo eso.
Marcos: No entiendo.
Le conté todo lo que le había dicho y
lo que había pasado.
Marcos: Tranquila, mañana te disculpas
y ya está.
Irene: No creo, es que en verdad no
creo que saliendo con él me ayude a mi misma.
Marcos: Hombre el balance de hace una
semana ahora, es muy negativo, pero oye que si lo quieres, sólo hay que
controlarse.
Irene: Pero es que lo quiero. Y mucho.
–Me limpié la lágrima que me caía…
Marcos: Hombre te has pasado eso queda
claro, pero silo has dicho es porque lo piensas.
Irene: Es que no quiero perderlo, ¿Y
si voy a su casa?
Marcos: Tu es que se ve, que quieres
que os pillen ¿No?
Irene: Mierda, que hoy cenan con
ellos.
Marcos: Si señorita.
Irene: Bueno pues nada mañana le
llamo, o algo.
Marcos: Ahora dúchate anda, que sino,
verás tu madre mañana.
Irene: Vale. –Me levanté, pero antes
de irme le di un abrazo a Marcos.
Irene: Gracias por todo, eres un cielo
en serio. –Me arretire y me fui a la ducha.
[Casa de Alan]
[Alan]
Entre por la puerta, intente cambiar
la cara que se me había quedado hace 3 minutos escasos.
¿En serio piensa eso de mí? Y lo peor
de todo, ¿Tendrá razón?
Saque las llaves y abrí la puerta,
cuando me giré a la derecha y vi a mis padres junto a los de Irene.
Perfecto.
Ana: Cielo, acércate.
Pedro: ¿Qué tal la fiesta?
Blanca: ¿Dónde está Irene?
Alan: En casa.
Javier: ¿Se ha ido sola? –Se preocupo.
Pedro: ¿No le habrás dejado que se
fuera sola, verdad?
Todos esperaban mi respuesta.
Alan: No, acabo de dejarla en casa.
Blanca: Que atento, gracias, por
portarse así con ella.
Alan: No es nada, soy así con todo el
mundo.
Javier: Mi hija es que nunca ha salido
tanto como ahora, y no quiero que se desmadre.
Para mis adentros me quede un poco
mosqueado, porque si nunca había ni fumado ni bebido, no había hecho mucha
cantidad para dejarla en el estado que ella estaba.
Ana: ¿Sois muy amigos? ¿O lo normal?
¿Digo la verdad? No, porque ya no
somos nada.
Alan: Lo normal.
Javier: Bueno pero aun así gracias.
Alan: De nada.
Blanca: Que cielo de chico.
Alan: Gracias, aunque no es para tanto
eh.
Ana: Si si, lo es, si lo vieras…
Alan: Bueno me voy a dormir que tengo
sueño, ya hablamos mañana.
Todos se despidieron de mí. Y subí
como una bala para mi habitación. Cuando abrí la puerta una brisa fresca me dio
de frente.
Buena noche la de hoy, entré en la
habitación y cerré la puerta.
Apague la luz y me quite la ropa, no
tenía ganas de ponerme nada, así que me acuesto en calzoncillos, que más da.
Antes de irme a dormir, me tenía que
echar la crema para el tatuaje, que sino se puede infectar y para que queremos
más disgustos.
Después de eso, cogi el pantalón y
busque mi móvil.
Tenía que decirle algo a Irene, no
puedo dejar que se vaya así de rosas.
No se como cojones me ha afectado
tanto lo que me dijo, muchas chicas me habían dicho que soy un jodido cabrón y
más cosas, y ella me dice : “No me tienes que llamar para nada, déjame en paz,
me estas jodiendo la vida dios, en una semana lo que me he convertido. Fumo
bebo, y joder y pego a tías porque eran tus ex´s, esto es todo un sueño, en
serio. No puede pasar esto de verdad, es que no me lo creo”
No me jodas. “Y eso de no te he dicho
ni una cuarta parte de lo que pienso” Pues ni imaginármelo quiero la verdad.
Pero aun asi quiero decirle algo
respecto a todo esto.
Así le mando un Whatsapp, no creo que
se haya dormido todavía.
Cogí el móvil y empece a escribir:
“Sé que no soy ningún príncipe azul,
pero aunque busques en mi eso no lo encotraras, soy así que no me preocupan los
problemas. Y tu desde que llegaste me has ido despejando cada uno de lo caminos
por los que iba, y eso me ha hecho pensar mucho, y cambiar algo de mi
personalidad, así que no creo que sea tan malo como me has dicho antes”
Le di a enviar, y de pronto escuche un
pitido, que provenía de mi pantalón.
Mierda es el móvil de Irene, joder.
Seguro que me lo dejo ahí cuando salimos de la habitación.
De pronto escucho mi móvil de nuevo,
es Paula…
Alan: ¿Si?
Paula: Alan, ¿Vienes al final? Es que
te estoy esperando…
Alan: No, lo siento, es que tengo sueño
ya.
Paula: Ah, bueno espero que sea esa tu
razón de no venir,porque si la de que Irene, se ha ido no me gusta.
Alan: ¿Sabes que?
Paula: ¿Qué?
Alan: Tan sólo por el simple de echo
de decir eso has conseguido de que me cayeras bien a caerme como el cuelo
bonita, haber si maduramos un poco más y dejamos de ser tan pesada, no me
gustas y parece mentira que no te hayas dado cuenta en toda la noche, porque tu
nada más que hacías mandarme indirectas y yo básicamente las indirectas me las
pasaba por el forro de los huevos, así que ni una vez más. Buenas noches y
disfruta.
Colgué y suspiré.
Jodida. Me ha tocado los cojones, pero
bien tocados.
Después de desenfadarme lo que hice
mejor para mi salud y mi sueño, fue acostarme ya que este día había tenido
momentos de toda clase, y eso no me molaba y lo peor de todo es que me levante
pensado en Irene, y me vuelvo a acostar pensando en ella.
Estoy empezando a plantearme haber de
cuanto sitio a ocupado en mi corazón
No hay comentarios:
Publicar un comentario