Alan: Tranquila haz lo que te
apetezca.
Irene: ¿Salir corriendo?
Alan: Abrázame
anda.
Irene: ¿Qué te
abrace?
Alan: Sí, ¿O te
da vergüenza?
Se acercó a él y
le abrazó, Alan le besó en la frente.
Alan: Me encanta
que seas así en serio.
Irene: Pues a mi
no, joder.
Alan: Tranquila
ya hemos avanzado algo, ¿No?
Irene: Supongo
–Dijo no muy convencida-
Alan: Algo es
algo…
Irene: Venga que
yo cierro los ojos y no hablo. –Cerró los ojos-
Alan: ¿En serio?
Irene: Pero sin
pasarse.
Alan: Me lo
imaginaba. ¿Estás ya?
Irene: Si, cuando
tu quieras.
Alana se levantó
del filo de la cama y se puso detrás de ella.
Empezó a buscar
los botones de la blusa beige de Irene.
Irene: Ten
cuidado que es nueva.
Alan: Shs,
silencio, dijiste que ibas a estar en silencio eh.
Irene sentía como
los dedos de Alan le rozaban la piel y eso le hacía estremecerse.
Hasta que ya no
habías más, y se acercó un poco más, le quitó con cuidado la blusa y la dejó
encima de la cama junto a su camiseta.
Fue dándole
pequeños besos hasta llegar al filo de los labios.
Irene: No me
gusta estar así porque no puedo ver tus ojos.
Alan se levantó y
fue hasta el interruptor donde le dio para que hubiera de nuevo luz.
Hicieron falta
varios segundos para que sus ojos se acostumbraran a la luz..
Mientras volvió
al lado de Irene y se puso en frente de ella.
Fijo su mirada en el torso más
bien en el sujetador.
Alan: Me encanta el gato de tu
sujetador…
Irene: Mierda, cualquiera sabe que
va a pasar esto, otro día me pongo otro –Sonrió-
Alan: En serio, cada día me
sorprendo más.
Irene: Pues anda que yo, me estoy
sorprendiendo sí.
Alan: ¿Para bien o para mal?
Irene: Pues no sé.
Alan: Aunque, la verdad todas las
chicas son iguales lo que pasa que a lo mejor tu no quieres demostrar que lo
puedes hacer aún.
Irene: Puede ser eso.
Alan: Venga sé que tienes tu lado
malo, ¿Me lo demuestras un poco? –Dijo con cara de cordero degollado.
Irene: ¿Aquí? Mira que como nos
pillen nos podemos morir tranquilos.
Alan: Pues hecho el pestillo. –Se
levantó y cerró la puerta con el pestillo y volvió.
Irene: Hay madre mía, a quién le
diga esto se parte el culo. Me dices a mi hace 2 semanas que voy a estar en una
fiesta enseñándole casi las tetas a un chico y me parto que da gusto.
Alan: La vida da muchas vueltas, y
tu misma has elegido este camino. Nadie te ha obligado.
Irene: Encima tienes razón. –Le
miró mal.
Alan: Venga anda vamos a
vestirnos, que seguro que nos echan de menos. Hace ya casi media hora que
desaparecimos. –Sonrió.
Irene le agarró del filo de los
pantalones y lo echo encima de ella.
Alan: Oish oish que mareos –Rió
Irene: -Soltó una carcajada-
Bésame y cállate –Le guiñó el ojo.
Alan: Me gusta está Irene.
De pronto sonó la puerta.
Nerea: Parejita venga para fuera
que vamos a cenar algo.
Alan: Vale.
Se levantaron y se pusieron la
parte arriba, que les faltaba a ambos.
Alan: Oportuna es la tía.
Irene: Que vergüenza.
Alan se abrochó la camisa y ayudo
a Irene a abrocharse la suya, y en nada bajaron para el jardín donde estaban
todos.
Estos se sentaron al lado de Nerea
y Bibiana.
Adán: Desde luego, que guarrillos,
las ansías os pueden
Irene: No, estábamos hablando.
Bibiana: ¿Y el pintalabios que
tiene Alan?
Irene: No se explicarlo.
Alan: Yo, que soy muy femenino.
Todos se rieron y siguieron con lo
suyo.
Alan saco de su paquete de tabaco
y de él cogió un cigarrillo, aunque todos sabíamos que era un porro.
Irene: Que voy hacer contigo eh.
Este encendió el porro y le dio una
calada.
Alan: Quererme, me conformo con
eso.
Se levanto y se fue para un grupo
de chicos.
Y Abel aprovecho y se sentó al
lado.
Abel: ¿Quieres? -Le ofreció un
vaso.
Irene: ¿Qué es?
Abel: Vodka.
Irene: -Miro de refilón a Alan y
cogió el vaso y le dio un trago, puso millones de caras, y volvió a darle otro
Buah como baja eh.
Abel: Que te lo has bebido casi
todo, que tía.
Irene: Llena, anda.
Abel: Uh, venimos hoy guerrera eh.
–Le llenó el vaso.
Irene: ¿Es una fiesta no? Pues ya
esta.
Abel: Di que sí.
De pronto se acercó Bibiana y
siguieron llenándose el vaso cada vez que no quedaba nada.
Eran ya las dos y media de la
noche, se habían bebido entre 4 dos botellas de Vodka.
Irene se levanto al servicio y
cuando volvió vio a un par de chicas tonteando con Alan.
Irene: ¡Tsé!
X: ¿Es conmigo?
Irene: Si, ¿Tienes un cigarro o
algo?
X: No, tengo mitad y mitad.
Irene: ¿Vamos tabaco y Marihuana
no?
X: Sí.
Irene: Pues dame, toma toda para ti
–Le dio una botella de Ron Barceló.
X: Ah bueno toma. –Se fue para el jardín.
Irene se fue hacia sus amigos y
allí pidió un mechero y empezó a fumarse el porro.
Abel: ¿Irene? ¿Qué coño estas
haciendo?
Irene: ¿Quieres? Te veo tenso eh.
Abel: Como te vea Alan, te cagas.
Irene: Oh sí que susto…
Abel: Bueno pues venga dame una
calada.
Irene: Toma –Se lo dio.
Abel: Te estas portando eh.
Irene: Me lo paso bien eso es
todo.
Abel: Bien, bien, espera que sacó
el móvil y nos hacemos una foto, que no tengo contigo y llevas casi una
semana-Sonrió.
Irene: Venga.
Después de echarse la foto, Irene
fue de nuevo al servicio y cogió su maquillaje, y se retocó un poco, tenía los
ojos rojos, y el aliento le olía a alcohol.
Salió de nuevo y se encontró a
Alan.
Alan: ¿Dónde estabas? Te estaba
buscando.
Irene: He ido… al… eso… -Señaló.
Alan: ¿Irene? –Preguntó extrañado.
Irene: Así me llamó. –Le estiró de
los mofletes.
Alan: ¿Has bebido?
Irene: He bebido, he fumado y ya
está.
Alan: ¿Qué qué?
Irene: He bebido, he fumado.
¿Sabes?
Alan: ¿Cómo te mantienes en pie?
Irene: Porque tengo dos piernas,
así de sencillo.
Alan: No te cachondees.
Irene: Ven anda, que ahora siento
que te quiero conmigo… -Dijo mientras le besaba.
Alan: Irene quédate quieta que no
sabes lo que estás haciendo.
Irene: Encima que te digo que
venga, y tu te cortas. Que raro eres eh.
Alan: Es que no sabes lo que
dices, estás borracha y fumada.
Irene: Bueno, pero te estoy
diciendo que quiero y me estás contando que…, que me.., NO SÉ.
Alan: Irene, si no sabes ni lo que
dices.
Irene: Si te estoy diciendo que
quiero…
Llegó Bibiana con dos vasos.
Bibiana: Toma, para ti, de parte
de Adán, y dice que ¡Fiesta!
Irene: Gracias –Cuando le iba a dar un trago Alan, le quito el vaso.
Bibiana: Oish que niño, bueno
venga vente Irene, que vamos a bailar un rato.
Alan: No ella no se va a ningún
lado.
Irene: Claro, porque tu lo digas
no.
Alan: Pues básicamente señorita.
Bibiana: Ea pues adiós.
Irene: Lo que te estaba diciendo.
Alan: Que te vas para casa.
Irene: Que me dejes.
Alan: Vamos. –Le agarró del brazo
y la llevo hasta el coche.
Allí se montón el coche resignada.
Alan: ¿Te das cuenta de lo que
estás haciendo?
Irene: Oh sí perdón, hablo el que
nunca hace nada ¿verdad?. Tú que ni fumas porros, ni te follas a la primera que
se te ofrece ni le metes mano a quien te da la gana, por no hablar de que hace
5 horas estábamos diciendo que eramos novios y ahora en nada te veo con dos
nenas de no se cuantos años muy cariñoso. Venga vamos no me jodas, que para
esto me fuera quedado en mi casa y no aquí.
Alan: Yo sólo quiero lo mejor para
ti.
Irene: Claro, es verdad lo mejor
para mí, me olvidaba.
De pronto sonó el móvil de Alan.
Y vio como salía en el fondo del
móvil el nombre de una chica, “Paula”.
Irene: Cógelo.
Alan: No, te llevo a casa y ya
esta.
Irene: Te estoy diciendo que lo
cojas.
Alan: Está bien.
Alan: Dime Paula.
Paula: ¿Dónde has ido?
Alan: Voy a llevar a Irene a casa ¿Por
qué?
Paula: ¿Vuelves?
Alan: No se, no creo.
Paula: Joe, anda vente un poco más
que hemos dejado el tema.
Alan: Luego te digo, hasta luego.
La conversación se escuchaba
claramente, y no hacía falta más para terminar de avivar el fuego.
Irene: Que pena que te joda la
noche, así que si quieres me llevas ya vuelves y te de diviertes.
Alan: No pienso volver.
Irene: Se que lo harás.
Alan: Que poco me conoces eh.
Irene: ¡Pues no! Que no te
conozco, si lo llego a saber tampoco fuera preferido conocerte.
Esas palabras fueron como millones
de puñales clavados en el pecho.
Pero arrancó el coche y fue para
casa de ella donde, aparcó al lado y se fue para abrir la puerta del coche,
pero salió antes, y aunque hubiera llegado a tiempo tampoco le hubiese dejado.
[Ya en el porche]
Irene: Adiós, para que después
digas que no me despido.
Alan: Siento haberte dejado sola.
Irene: No tienes por qué sentir
nada.
Alan: Mañana te llamo.
Irene: No me tienes que llamar
para nada, déjame en paz, me estas jodiendo la vida dios, en una semana lo que
me he convertido. Fumo bebo, y joder y pego a tías porque eran tus ex´s, esto
es todo un sueño, en serio. No puede pasar esto de verdad, es que no me lo
creo.
Alan: Estás borracha no sabes lo
que dices.
Irene le miró a los ojos.
Irene: Te estoy diciendo que esto
lo que sea lo nuestro o lo mierda que tengamos que se acaba y tu vuelve con
Paula o con Carla tienes para elegir, ¡Disfruta!.
Alan: ¿En serio piensas eso de mi?
Irene: No te he dicho ni una
cuarta parte de lo que pienso, creéme.
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