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jueves, 17 de mayo de 2012

Capitulo 8.



Nerea.

Sono el timbre y de pronto escuche zancadas y  vi como se habría la puerta.
Alan: ¡Hola! -Me dió dos besos.
Nerea: ¿Que haces aquí?
Alan: Tenía que hablar contigo sobre una cosa.
Nerea: ¿Si? ¿De que?
Alan: Que te quería decir una cosa, muy fuerte.
Nerea: Empieza.
Alan: Es con Irene, resulta que desde hace ya unos días Carla me dejo de gustar así de simple.
A Nerea se le ilumino la cara.
Alan: La quería, pero cada cosa que ahcía jodia un poquito más todo. Y estaba Irene, así tan.. tan..
Nerea: ¿Te gusta un poco, no?
Alan: Sí. El día de la fiesta se iba a ir con Bryan, ¿Sabes quién es no?
Nerea: Sí, cómo para no saberlo.
Alan: Se iba a ir con él, y claro este le daba cubatas para que pillará una buena y poder hacer lo que él quisiera.
Nerea tenía los ojos abiertos como platos.
Alan: Cuando salieron y tal, fui hasta ellos, y como él no quería que me la llevará pues le pegue un puñetazo.
Nerea: Te gusta entonces más que un poquito eh.
Alan: Y ayer ella le pego una pedazo guantada a Carla que flipas. Se hizo daño y todo.
Nerea: ¡POR FIN!
Alan: ¿En?
Nerea: Me alegro mucho en serio. -Le abrazó.
Alan: Bueno pero el problema no es ese, sino lo que pueda hacer Carla. Así que ten vigilada a Irene...
Nerea: Claro, tu tranquilo.
Alan: ¿Que harías tú?
Nerea: Hombre haber salir ya con ella no, porque es super tímida. Poco a poco...
Alan: Ya, ¿Podrías llamarla para ver si sale hoy?
Nerea: Claro. -Cogió su móvil y la llamó, mientras que Alan estaba pendiente a la conversación.

Irene: No creo que salga, porque se me ha hinchado la muñeca mucho.
Nerea: ¿Y eso?
Irene: Una pelea, mañana te cuento.
Nerea: Vale, ya me dices eh. ¿Entonces seguro que no sales?
Irene: No creo, aunque quiero, pero me duele...
Nerea: Bueno como tu quieras, hoy vamos a cenar por ahí, así que si te decides llamas a Alan y que vaya a por ti.
Irene: ¿Alan? No, dejalo mejor me voy andando si eso.
Nerea: ¿Que pasa con él?
Irene: ¿Pasar? No pasa nada... ¿Que debería pasar?
Nerea: Ah pues no se, como estás casi tartamudeando y nunca te has negado a que te llevará.
Irene: Pues..., la verdad es que creo que son ilusiones mías, o es que lo siento de verdad...
Nerea: ¿El que sientes?
Irene: Que lo quiero.

El rostro de Alan, paso de un serio de entierro, a una sonrisa inmesa.

Nerea: ¿Si?
Irene: Sí, siempre estoy pensando en él, el otro día se pego con uno por ayudarme.
Nerea: Aish mi Alan...
Irene: Aunque creo que lo mejor será que lo deje pasar, porque él sólo me verá como un pasatiempo para el verano y yo no soy de esas...
Nerea: Hablalo con él.
Irene: No, no, no, paso.
Nerea: Bueno cielo, tengo que ir a ducharme, ¿Ya hablamos luego, vale?
Irene: Vale, pasaroslo bien.

Nerea colgó y se giró para ver el rostro de Alan.

Nerea: Creo que le da vergüenza decirte lo que siente.
Alan: Ayer casi me lo dice, pero..
Nerea: Está noche vas y hablas con ella.
Alan: Sí eso haré. -Cogió el casco.
Nerea: ¿Te vas?
Alan: Si, es que he quedado con mi madre para ir a comer, luego hablamos. te quiero y gracias. -Se acercó a ella y le besó en la frente y después le dió dos besos.
Dicho estó se marcho para casa donde se fue a comer con su madre.


Irene.

Las vistas desde la azotea de la casa eran preciosas, la playa estaba tranquila no había nadie en ella. El mar cubría todo el horizonte, cerré los ojos, para intentar aclarar mis sentimientos.
Una cosa estaba clara a día de hoy. Nos gustabamos, no querer, gustar.
No soy capaz de dar  la cara, no lo soy.
Me es imposible llegar y decirle: -Te quiero.
Dos palabras tan simples, cuestan mucho, al menos si las sientes. Nunca  me había enamorado y estos sentimientos son nuevos para mí.
Eso que sientes cuando lo ves, calor, sudor, ganas de ir y decirle todo, y como no esa felicidad tan inmesa.

De pronto sentí la puerta abrirse.
Marcos: ¿Vienes a comer?
Irene: ¿A donde vaís?
Marcos: A donde siempre...
Irene: No tengo ganas, ya me haré algo.
Marcos: Vale, pues luego nos vemos. -Antes de cerrar me sonrío y cerró la puerta.

Volví a mi mundo de color rosa, y allí me puse a escuchar música.
Sentí como se cerraba la puerta de casa, así que significaba que se habían ido ya.
Me eche boca arriba en la cama y cerré los ojos. Pero un pitido me saco de mi sueño.

Comprobé que era Whatsapp, seguro que era Andrea -Sonreí.
Alan: Hola :-)
¿Cómo es eso que sientes cuando te estás muriendo lentamente? No sé, pero yo lo estaba sintiendo.
No sabía sin contestarle, pero ya lo abrí asi que le saldría el doble "tic".

Irene: Hooolaaa!.
Alan: ¿Sales hoy? :)
Irene: No creo, me duele la muñeca. :S
Alan: Ah, bueno, pues ya nos veremos jajaja
Irene: Sí.

Creí que terminaría ahí la conversación, pero creí mal.

Alan: ¿Y no te vas con tu familia?
Irene: Que va, paso. :)
Alan: Que malota te estás poniendo.

Aquello hizo que me riera, que cosas tiene.

Irene: Yo soy super rebelde eh.
Alan: Lo se, creeme.
Irene: No creo jajaja
Alan: Me tengo que ir, ya hablamos luego. -Corazón-

No conteste, tampoco sabía que iba a poner, así que decidí quedarme durmiendo.
Eran ya las 8 de la noche, cuando sentí que me tapaban. Me giré levemente y ví que era Marcos.
Marcos: Perdón, no te quería despertar.
Me desesperece.
Irene: Tranquilo, de todas formas mi barriga me pedía comida -Reí
Me levanto y salí para fuera, como hizó él, yo fui a la cocina a por algo de comer y me sente a su lado.
Irene: ¿Cómo es que has venido tan pronto?
Marcos: Estaba cansado...
Irene: Ah, es que está gente está todo el día de comida, que si vamos aquí, que sí ahora llí.
Marcos: Cuánta razón.
Irene: ¿Vemos una peli?
Marcos: Venga, ¿Cuál ponemos?
Irene: La que quieras, pero espera que ahgo palomitas.
Me levante corriendo y las meti en el microondas, tardo eso apenas 3 minutos. Y me fui de nuevo para el sofá.
Allí me tape con una sabana y empezamos a ver  la pelicula, era de susto, pero la verdad que estaba partiendo de la risa, pero a él ni pizca de gracia le daba, es más se tapaba con la sabana, aunque era para nada, ya que se transparentaba mucho.

Mientras Nerea y Bibiana.

Nerea: Guantazo, así por la cara.
Bibiana: Y no mejor dicho, en toda la cara, que pena que no pudieramos verlo.
Nerea: Ya te digo, aunque yo haría un repeat.
Bibiana: Yo si quieres se la doy, que por ganas no será la verdad.
Nerea: Bueno lo más importate de todo es que resulta que...
Alan: Os estoy escuchando.
Nerea: jojojojojo error.
Alan: Me voy, ya nos vemos mañana... -Se levanto y cogió su casco.
Abel: ¡ENAMORADO!
Alan le hizo el corte de manga.
Nerea: Me gusta este chico eh.
Bibiana: Si, la verdad es que sí.
Nerea: Hey que me refería a Alan.
Bibiana: ¿Si? Yo creía que lo decías por Abel.
Nerea: Uh, eso digo yo. ¿Que pasa con Abel?
Bibiana: Nada. -Se sonrojo.
Nerea: ¡Me mientes, puta!

Marcos.

Dios, que peli, que susto.
 Irene: ¿La quitamos?
Marcos: ¡SI!
Irene: Te asustas, esto es preocupante eh.
Marcos: Voy al servicio, porque madre mía.
Irene se empezó a reir.
Marcos: Oye, que no hace gracia eh.
Irene: A ti no, pero a mi si, y mucha -Risas.

Irene.

Marcos entró para el servicio, pero se escucho el timbre, así que salí, vi las luces, seguro que Diana, ya echaba de menos a Marcos.
Abrí la puerta y...
Irene: ¿Que haces aquí? -Se me cambio al sonrisa.
Alan: He venido a verte, tenía que decirte algo.
Irene: Ah dime -Cerré la puerta y salimos para fuera.
Alan: -Dejo el casco en la moto- Irene, ayer no te pude decir una cosa.
Irene: Dime.
Alan: Me gustas. -Se tocó el pelo nervioso.
Irene: Hombre algo me había imaginado, pero la verdad es que tu a mi también un poco...
Alan: No te estoy diciendo de ser novios o pareja formal, porque la verdad es que no va conmigo, pero al menos intentar tener algo.
Irene: Yo como ya te dije, no he estado nunca con un chico y no sé.
Alan: Cierto, ah, espera ven.
Me agarró de la mano y me llevó hasta donde estaba la moto donde sacó una pulsera azul.
Y me la puso. No sabía lo que iba ha hacer ni tampoco, que iba a decir.
Alan: Espero que te guste mucho, es mía.
Irene: Me encanta, el azul es mi preferido, muchas gracias en serio, no se como recompensarte.
Alan: No te pido mucho tan sólo una cosa.
Irene: ¿El que?
Alan: Dejame que sea el primero que te bese.
Le baje la mirada y le abraze.
Alan: Tranquila, el verano es muy largo.
Me levanto el mento suavemente, me sonrió y se acerco poco a poco a mi.
Hasta que sentía su corazón latir, el mío iba a salirse.
Cerré los ojos y sentí como sus labios estaban juntos a los míos.
Cuando me quisé dar cuenta le ví sonreír y mem agarró de la mano.
Irene: Creo que me tengo que ir...
Alan: Te dije que ya mismo no serían dos besos -Rió
Irene: Que capullo eres...
Alan: Pero me quieres...
Irene: Mañana hablamos, ¡Adiós!
Cuando subí  me grito de nuevo.
Alan: Tsé, mi beso. -Sonrió.
Irene: Mañana, que hoy ya has tenido.
Iba a cerrar cuando le veo poner la mano así que tuve que abir.
Irene: Te la voya pillar..
Alan: No creo que duela más que el guantazo ese -Rió.
Irene: ¡CAPULLO!
Alan: Venga buenas noches.
Se acercó de nuevo, mismo pasos que antes, el corazón a dos cientos por ho, no creo que se acostumbrará.

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